Cristián Briones Maira y la libertad ante la tecnología

Un niño asiático con su abuela viendo un dispositivo portátil sentados en el pasto

Esta columna fue escrita por Cristián Briones Maira, gerente general de SOHO, quien nos quiso colaborar aportando una visión distinta al uso de la tecnología.

Antes de seguir leyendo, les aviso que esta columna no trata de no usar tecnología o de cómo poner límites en su uso a nuestros niños. Está más bien orientada a ayudarnos a entender que una tablet o una red social no es más preocupante que un martillo o una llave inglesa. Se trata de herramientas diferentes que debemos aprender a usar y no estigmatizar por desconocimiento o porque en nuestro tiempo las cosas se hacían diferente.

Antecedentes

Un estudio publicado por la revista Psychological Science que encuestó a 120.115 adolescentes de 15 años para conocer qué porcentaje de su tiempo lo dedicaban a la TV, videojuegos, consolas, PC y teléfonos inteligentes, así como su nivel de salud mental, los niveles de felicidad y satisfacción con la vida y su funcionamiento social y psicológico, demostró interesantes conclusiones.

Es cierto, los niveles de salud mental pueden verse afectados por alta exposición a las pantallas, pero si estos son muy bajos pueden afectarlos en su proceso de integración social con sus compañeros y amigos (¿se acuerdan de eso de la escala de grises?). Es más, se detectó que un uso moderado tiene un efecto positivo en el proceso de construcción de su identidad, y el desarrollo de habilidades sociales. Esta nueva sociedad que ellos construirán se forja desde la tecnología. Un 68 % de los jóvenes encuestados reconocen haber recibido apoyo social, por medio de las redes en las que participan, en los momentos complejos que les toca atravesar.

Cristián Briones Maira nos cuenta que el estudio mostró que para lograr el máximo nivel de resultados positivos, los tiempos de exposición son bastante mayores a lo que él tenía previstos, yendo desde 1:40 minutos de videojuegos por día durante la semana hasta 4:17 minutos de uso del computador.

Esto debemos tomarlo como una invitación a hacernos parte de la educación virtual de nuestros niños, guiándolos en los contenidos, conversando sin temor los temas que les resulten interesantes y ayudándolos a pasar a otras actividades cuando el tiempo esté cumplido. Es nuestro rol guiarlos en una lectura crítica de lo que miran y leen, de validar sus fuentes y apoyarlos en desarrollar sus propias conclusiones.

Actualidad tecnológica

Por otro lado, no es difícil observar en las tiendas virtuales, aplicaciones que resultan muy útiles para un nativo digital, desde aplicaciones que les van contando historias de los lugares por los que transitan, pasando por plataformas de educación con más de 100 mil ejercicios sobre tópicos comunes a los estudios básicos, otras que les permiten llevar un recuento de lo que se hizo durante el día, compartir su disponibilidad de tiempo para juntarse, conversar o jugar, o la linda aplicación Sit With Us creada por una adolescente de california con la idea de encontrar compañeros para compartir a la hora de almuerzo y vencer el temor a estar solos y ser víctimas de bullying.

Otro tipo de usos de la tecnología que nos pueden ayudar a construir un mejor mundo son las del tipo Yonodesperdicio que, junto con dar recetas y trucos para no desperdiciar comida, sirve para contactar a personas que quieren compartir lo que les sobra de fiestas, invitaciones o simplemente el día a día con aquellos que si los puedan aprovechar, sea porque no tienen como comprar comida o simplemente porque no quieren que se pierda más comida en el mundo. (Como dato referencial, cada año se botan a la basura cerca de 1.300 millones de toneladas de comida).

Conclusiones

Finalmente están las aplicaciones que nos enseñan a adquirir nuevas habilidades o conocimientos, aquellas que pueden salvarnos la vida informando a un grupo de usuarios seleccionados por nosotros si hemos sufrido algún accidente, las que nos ayudan a controlar el peso, hacernos una rutina de ejercicios o que nos ayudan a parar unos minutos al día con técnicas de meditación, oración o simplemente nos enseñan a respirar mejor.

En conclusión, el llamado es a ser libres ante las ideas preconcebidas que tenemos de la tecnología. Eso implica hacer un fuerte esfuerzo de nuestra parte, ya que debemos conocerlas, abrir nuestra mente a una nueva forma de hacer las cosas, a aprender a guiar a nuestros hijos en este camino virtual (vaya desafío) y a involucrarnos en lo que están haciendo, con quiénes se están juntando y sobre todo a tener la linda responsabilidad de seguir ayudándolos a crecer como personas integrales y que puedan construir un mundo mejor que el que les estamos heredando.

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